Después de más de 7.200 muertes y la enorme devastación que dejaron los dos movimientos sísmicos que sacudieron el sur de Turquía y Siria, está en marcha la carrera contrarreloj de rescate
El terremoto consta con una magnitud de 7,8 en la escala de Richter y es considerado por los expertos como el más fuerte desde 1939. Esto se ha visto reflejado en miles de muertes y heridos y en centenares de edificios destrozados, donde se teme que haya muchas personas atrapadas.
Los servicios de rescate trabajan sin descanso para salvar a las personas atrapadas bajo los escombros. Además, los expertos que analizan este sismo señalan que las condiciones climáticas, como las lluvias y temperaturas bajo cero, están dificultando mucho las labores de rescate.

Según los datos facilitados hasta el momento, el número de muertos asciende a 11.700 y el de heridos supera los 45.500.
Rescates bajo cero
Más de 79.000 personas participan en Turquía en los equipos de búsqueda y rescate. Incluyendo los equipos de ayuda extranjeros, unas 1.200 personas en total, entre ellas las enviadas desde España.
Los rescatistas trabajan con temperaturas gélidas de hasta 6 grados bajo cero, y los supervivientes, pasan sus noches a la intemperie, durmiendo en coches o en la calle, arropados con mantas.
El gobierno turco ha creado un Centro de Gestión de Crisis en el Ministerio de Defensa, para organizar el transporte de personal y equipos a través de un puente de ayuda aérea. Además, en varias ciudades ya han comenzado a aparecer los campamentos de tiendas montados en campos deportivos.
