La agencia de aviación estadounidense paralizó todos sus vuelos, pero tanto la compañía como el presidente estadounidense aseguran que se irán retomando las operaciones e investigarán el altercado a fondo
Volar en Estados Unidos empieza a convertirse en un reto. Entre el mal tiempo, los fallos de las compañías y el fallo informático de ayer, se ha llegado a paralizar miles de despegues.
Las pantallas de información se llenaron de nuevo con avisos de retrasos y cancelaciones. Hasta las 14.00 horas de Washington (20.00 horas en la España peninsular) se habían cancelado unos 1.200 vuelos y más de 8.000 se habían retrasado.

El fallo dejó inoperativo el sistema de Notificaciones a Misiones Aéreas (NOTAM). Es un sistema informático que alerta a los pilotos de los aviones y al resto del personal de vuelo sobre peligros en la ruta o cambios en los servicios o procedimientos de las instalaciones aeroportuarias. El fallo informático imposibilitó que el sistema actualizase la información, imposibilitando que los pilotos recibieran la última información relevante de los aeropuertos.
La Agencia de Aviación Estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés) fue informando, a través de su cuenta de Twitter, de las incidencias que se iban extendiendo durante la madrugada y la mañana del miércoles, aunque el sistema empezó a fallar el martes por la tarde.
La interrupción temporal de las operaciones descuadró los planes de las compañías aéreas y provocó cancelaciones y retrasos que siguieron aumentando pese a la recuperación de los sistemas. Sin embargo, al ser un día de una actividad aérea baja, se evitó un problema mayor.
Se descarta un ciberataque
No se han dado explicaciones sobre el origen del fallo, aunque según las autoridades no hay por ahora indicio alguno de que se deba a un ciberataque. “Por el momento no hay pruebas de que se trate de un ciberataque, pero el presidente ha ordenado al Departamento de Transporte que lleve a cabo una investigación exhaustiva de las causas”, indicó la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. No obstante, el secretario de Transportes, Pete Buttigieg, señaló después que aún era pronto para descartarlo.