COLÉMBOLOS: HABITANTES DE MUNDOS MINÚSCULOS

Entre los granos de tierra húmeda, en las plantas o sobre la superficie de charcas, deambulan unas criaturas muy pequeñas. Como motas que no llegan al milímetro, se mueven en grupos y saltan rápidamente cuando se ven amenazados. Se trata de los colémbolos, un grupo de artrópodos desconocido por la mayoría, pero que tienen sus fans en el mundo científico. No podría ser de otro modo: su importancia en los ecosistemas y el mecanismo de sus saltos ha llamado la atención de muchos.

Pequeño colémbolo globular sobre un grano de tierra.
Colémbolo globular sobre granos de tierra. Origen: iNaturalist. Autor: Albert Gabriel

Colémbolos de todo tipo en todas partes

Los colémbolos son hexápodos, es decir, poseen seis patas. Sin embargo, no son exactamente insectos, pero sí muy emparentados con ellos. Existen unas 8 000 especies y, tradicionalmente, se clasifican en cuatro grupos. Los más comunes son los colémbolos globulares del orden Symphypleona, los del orden Poduromorpha —que parecen pequeñas gominolas—, y los que en apariencia son más similares a los insectos: los colémbolos del orden Entomobryomorpha, de largas antenas y cuerpo más achatado.

Colémbolo plateado sobre una hoja. Foto con varios aumentos. Se observan las venas de las hoja..
Colémbolo (orden Entomobryomorpha). Origen: iNaturalist. Autor: Arie van der Meijden

En cuanto a número de individuos, puede considerarse el grupo de artrópodos más numeroso del planeta. Esto es gracias a su pequeño tamaño y su casi omnipresencia, pues se encuentran en todo tipo de ambientes húmedos: encontramos colémbolos sobre las hojas caídas en la Amazonia, y también en el musgo y liquen que crece en la Antártida. Para no morir ahogados en las gotas de agua, los colémbolos producen una sustancia impermeable que esparcen empleando un par de órganos que alcanzan, como un tubo, todo su cuerpo: los colóforos.

Gif con muchos aumentos de un colémbolo globular, mirando de frente, mientras se esparce una sustancia impermeable sobre su cuerpo empleando un órgano en forma de tubo transparente que parte de su abdomen.
Colémbolo (orden Symphypleona) esparciendo una sustancia impermeable sobre su cuerpo empleando el colóforo

Acróbatas innatos

Una de las características más distintivas de los colémbolos es la fúrcula. Se trata de un apéndice que se encuentra en su abdomen, con dos prolongaciones, que les permite realizar saltos rapidísimos con volteretas para evadirse del peligro. La fúrcula se encuentra recogida, y actuando como un muelle al liberarse del abdomen, impulsa al colémbolo unos 15 centímetros en el aire.

Colémbolos (orden Symphypleona) saltando a cámara lenta. Origen: Ant Lab

Los saltos que realizan, aunque graciosos a cámara lenta, son más precisos de lo que parecen. Caen de pie un 80% de las veces, lo cual consiguen gracias al colóforo. Sus funciones son varias: limpieza, mantener el equilibrio de agua dentro del animal, esparcir la sustancia impermeable mencionada anteriormente, adherirlo al sustrato para que el agua o el viento no los arrastre y como contrapeso. Muchos colémbolos usan el colóforo para coger una gota de agua durante los saltos, consiguiendo así un centro de masa más bajo, que les permite maniobrar en el aire y caer de pie en sus aterrizajes.

Ciudadanos del micromundo

Siendo más pequeños que un milímetro, los colémbolos se encuentran en un mundo entre lo macroscópico —lo que podemos observar a simple vista— y lo microscópico. Algunos de ellos son criaturas que pastan sobre prados de hongos mucilaginosos, más relacionados con las amebas que con los champiñones que comemos, que crecen sobre los laberintos de galerías que se forman en la madera muerta.

Colémbolo oscuro sobre hongos mucilaginosos húmedos.
Colémbolo (orden Poduromorpha), sobre hongos mucilaginosos. Origen: iNaturalist. Autor/a: Noa

En general, todos son detritívoros, es decir, se alimentan de materia orgánica en descomposición. Su importancia es especialmente conocida por aquellos interesados en el compostaje y en la creación de suelos bioactivos, pues cumplen un papel fundamental en el equilibrio de los ciclos del suelo. A pesar de esto, son poco conocidos por la mayoría, ya que por su pequeño tamaño pasan muy desapercibidos.

Sin duda, portando semejantes habilidades y cumpliendo funciones tan importantes en los ecosistemas, los colémbolos no deberían ser completos desconocidos. Se trata de un grupo de criaturas tan pintorescas que vale la pena llevar una lupa o una lente macro en el teléfono para echarles un vistazo recorriendo sus pequeños mundos.

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