Tras el fin de la Semana Santa, el lunes se celebra en muchos lugares este día donde reciben huevos de chocolate
Otra Semana Santa está llegando a su último día, y termina con la venida del famoso conejo de Pascua y sus “huevos”. Muchos son los niños que reciben este día huevos de chocolate para celebrar la Pascua, al igual que se reparten hornazos en España. Aunque este acto lleva arraigado muchos años en nuestra cultura, poco sabemos de su origen y el por qué se celebra. Ahora veremos todo sobre la leyenda del conejo de Pascua.

¿Qué se celebra en Pascua?
La Pascua, tal y cual la conocemos en nuestra cultura, recuerda la resurrección de Cristo, que tras tres días sepultado salió del sepulcro donde fue enterrado. Aunque ese día es conocido como “Domingo de resurrección”, también se conoce en otros lugares como el día de Pascua. En España, aunque también se conmemora este día, en algunas comunidades como Cataluña también se celebra el lunes de Pascua.
Este día tiene su origen en el Antiguo Testamento, donde se relata la liberación del pueblo de Israel del cautiverio en Egipto. Tras ello, se conmemora ese momento como un “nuevo nacimiento”. Tras la extensión del cristianismo, se separaron de esa visión y contemplaron este día para recordar la resurrección de Jesucristo.

El conejo de Pascua
Uno de los momentos más esperados por lo pequeños en estas fechas son los huevos de Pascua. Se les regala huevos de chocolate y se dice que ha sido el conejo de Pascua. Pero, ¿por qué un conejo trae huevos?
Esta historia, según la leyenda, se remontaría a tiempos de Jesús. Tras ser crucificado, su cuerpo fue entregado a sus discípulos para que le dieran sepultura. Jesús fue enterrado en un sepulcro sellado por una losa gigante de piedra. Según cuentan, un conejo entró dentro del sepulcro antes de que fuese cerrado y quedó asustado tras ver tanta gente entrando y llorando por él. Tras ser sellado con la losa, quedó dentro junto al cuerpo de Jesús y no dejó de observarle, por no saber por qué la gente le quería tanto.
De repente, observó como el cuerpo se levantaba y un ángel abrió la losa y Jesús salió de ella. El conejo quiso avisar a todos de esta gran noticia, pero al no poder hablar, decidió pintar y repartir huevos para transmitir un mensaje de alegría.
Sin embargo, es más un cuento para niños que una explicación racional. Lo más probable es que fuese elegido por los cristianos debido a su capacidad de procrear, ya que se asocia con la fertilidad, que es propia de la estación donde se celebra la Pascua.

¿Dónde es tradición repartir huevos de Pascua?
Aunque parezca una tradición que se va perdiendo, es habitual ver estos huevos en Norteamérica, Inglaterra y el centro de Europa. Hace siglos, la abstinencia de no consumir nada de origen animal en estas fechas fue una de las impulsoras de los huevos de Pascua, para así celebrar su fin.
Cuando esta abstinencia dejó de ser tan exigida por la Iglesia, continuaron regalando huevos pintados, ya que se había convertido en una tradición.
Con el tiempo, esta costumbre ha ido evolucionando, y desde el siglo XIX se extendió en muchos lugares regalar huevos de chocolate, por ser preferido por los niños.
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En España es tradición comprar hornazos por Pascua. Los hornazos tradicionales de Pascua tienen un huevo cocido en medio del pan. Este hecho guarda el mismo origen del huevo de Pascua, para no caer en la tentación de la abstinencia en Semana Santa, cocinaban este alimento para consumirlo tras el fin de las fiestas. Este alimento se arraigó en nuestra cultura y no falta panadería donde se hagan los hornazos de Pascua.
