El horario de verano se caracteriza por sus días interminables con muchas horas de luz solar
El cambio de hora de este domingo coincide con el equinoccio vernal. Este evento marca la llegada de la primavera en marzo en el hemisferio norte. El equinoccio otoñal que se produce en septiembre indica el inicio del otoño

Los equinoccios son los momentos del día en los que el día y la noche tienen la misma duración porque el sol está justo en la línea del ecuador de un planeta. Ocurren dos veces al año en todos los planetas del sistema solar. Hacen que en todas las partes del mundo haya la misma cantidad de horas de luz y oscuridad dos días enteros al año.
Historia del cambio de hora
El origen de adelantar o atrasar el reloj cada cierto tiempo se remonta hasta el año 1784. Benjamin Franklin fue el primero que lo propuso. El político, científico e inventor creó la medida con la intención de ahorrar energía cuando era embajador de Estados Unidos en Francia. La idea le surgió porque aunque la gente se levantaba muy temprano en la mañana, la noche caía muy rápido y tenían que encender velas. Entonces escribió una carta a The Journal de París. Su idea nunca se puso en práctica, pero marcó un precedente para muchos otros estudiosos que plantearon medidas similares.
Los pioneros en aplicar estas medidas fueron los alemanes, en plena Segunda Guerra Mundial. El 30 de abril de 1916 el Kaiser Guillermo II decretó un horario que permitía ahorrar combustible y lo aplicó en sus territorios y en el de sus aliados en el conflicto bélico.
En España, la primera vez que se produjo el cambio de hora fue en plena Guerra Civil. Se estableció la hora de acuerdo con el meridiano de Greenwich mediante un mandato oficial que entró en vigor el 15 de abril de 1918, con el cambio al horario de verano. Durante la guerra, había dos horarios dependiendo del bando en el que se consultara el reloj. De hecho, la guerra terminó una hora antes para el bando republicano que para el bando nacional. Con la llegada de Franco al poder, el país tomó el mismo horario que Alemania pero el cambio no se hizo definitivo hasta 1973. Se planeaba deshacer el cambio y volver al anterior horario, pero nunca llegó a suceder.
¿Con qué propósito se cambia de hora?
El principal propósito del cambio de hora es ahorrar energía. Sin embargo, no está tan claro los efectos reales que pueda tener en el consumo energético de los españoles. El que amanezca antes y que ya haya luz sí es beneficioso pero a la larga no supone un cambio real porque las grandes multinacionales y las fábricas siguen consumiendo lo mismo independientemente de la hora que sea. No obstante, un estudio del IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía) cifra en un 5% el ahorro energético real.
Lo cierto es que la situación geográfica de España ya le asegura muchos más días de luz solar que otros países como Holanda. A esto hay que sumarle que Canarias y Portugal tienen una hora menos que la península, lo cual dificulta más la unificación de un criterio horario.
Efectos del cambio de hora en la salud
Se han hecho muchos estudios que corroboran que el cambio de hora tiene efectos en la salud de las personas. La psicóloga-neuropsicóloga Leticia Pérez del Tío relaciona las posibles reacciones del cuerpo humano con los ciclos circadianos. Estos ciclos tienen que ver con cambios “físicos, psíquicos y conductuales que experimenta el organismo en un ciclo de 24 horas”, por lo que obviamente están conectados con la luz y la oscuridad. Pueden influir en la presión arterial, los ciclos sueño-vigilia o la temperatura corporal. Puede haber hasta 15 horas de luz en el verano, mientras que en invierno apenas se llega a las 9. Esto es muy importante para la melatonina, la hormona de la regulación del sueño, que es producida en mayor medida durante la noche. La dificultad para conciliar el sueño, la sensación de que hay demasiadas horas de luz en verano y muy pocas en invierno puede derivar en un aumento de la ansiedad y del estrés.
No todos los países del mundo se han acogido a el cambio horario. Actualmente sólo 70 países lo llevan a cabo. Cabe destacar el caso de Japón, que jamás lo ha tenido en cuenta. En Europa, ni Turquía, ni Rusia ni Bielorrusia cambian la hora. Este también es el caso de Nueva Zelanda o Paraguay y Chile.