Una cueva oscura no parece de primeras el mejor lugar en la Tierra para la vida. Sin embargo, estos peces cavernícolas nos prueban lo contrario. Todos tienen antecesores que vivían hace miles de años bajo la luz de la superficie. Algunos acabaron aislados en lagos de cuevas o encontraron una oportunidad perfecta sin competición en estos lugares. Pero, ¿qué características poseen los peces cavernícolas para vivir en completa oscuridad? ¿Cómo surgieron estas especies adaptadas a un ambiente tan inhóspito?

La oscuridad crea monstruos
En primer lugar, cabe desmentir el punto de vista lamarckista: el antecesor de estos peces al encontrarse en oscuridad, no usa los ojos, por lo que sus descendientes cada vez tendrán ojos menos eficaces. Este no es el caso, es en la oscuridad donde pueden sobrevivir los descendientes que, por azar, poseen ojos poco funcionales o ausentes. En un ambiente sin luz esto supone una ventaja, ya que no se dedicará energía en la formación y mantenimiento de ojos complejos.

Respecto a la ausencia de escamas y color ocurre algo similar. El color de los animales tiene entre muchas otras funciones, permitir reconocerse entre sí a simple vista y proteger de la radiación UV. Claramente, se trata de cosas innecesarias para un animal que vive en la oscuridad.
Por otro lado, es imprescindible la línea lateral, una serie de órganos a lo largo de los laterales de los peces cuya función es análoga a la del oído. En los peces cavernícolas se encuentra más desarrollada, permitiéndoles localizar obstáculos, a sus congéneres y a sus presas —como insectos de cueva— por cambios de presión en el agua.
Pescando nuevos descubrimientos
En las costas de México, se encuentra un caso particular: allí habita una población de peces de superficie y una población de la misma especie adaptada a las cuevas submarinas. Esta última población se diría que posee un fenotipo troglomórfico —características propias de un animal adaptado a las cuevas—, y estos peces puede tener descendencia mixta con sus parientes de la superficie.

Las diferencias entre estas dos poblaciones las hacen un buen modelo para estudiar cómo mutan los genes, los procesos detrás de la ceguera congénita o incluso encontrar la forma de regenerar el tejido del corazón.
Todo un bestiario
La adaptación a las cuevas ha ocurrido en múltiples ocasiones en distintos grupos de peces en todo el mundo. Así, han aparecido diseños bizarros que ponen de manifiesto la capacidad adaptativa de los animales, y cómo, hasta en una cueva anegada, se encuentran criaturas sorprendentes que rompen con lo que tenemos asumido.

