La diseñadora británica (1941-2022), conocida por la creación de la estética punk y su apoyo a distintas causas sociales, falleció el pasado 29 de diciembre a los 81 años de edad. Su muerte se anunció mediante un comunicado en el que se informo de que falleció en su casa de Clapham, en paz y rodeada de su familia.

En 1962, Vivienne Westwood se casa con Derek Westwood, de quien tomaría su apellido. En aquellos tiempos, todo apuntaba a que aquella profesora de primaria acabaría como otras muchas mujeres de su época, formando una familia y cuidando de su marido. Sin embargo, todo cambió cuando conoció a Malcolm Mclaren, futuro manager de los “Sex Pistols”, y ambos comienzan un romance.
Sería en 1971 cuando Westwood y Mclaren abren una tienda en el 430 de King’s Road. El nombre, “SEX”, ya dejaba claro la esencia del local: era la antimoda, ropa subversiva que se enfrentaba al sistema mediante mensajes controversiales.
El movimiento punk había nacido, y Vivienne Westwood le daría su estética. Camisetas con mensajes provocadores, pantalones rotos, medias de rejilla, botas y chaquetas de cuero: prendas que escandalizaron a la sociedad británica.

En 1983, rompe su relación con Mclaren y decide presentar su primera colección en solitario. A su vez, cambia el nombre de la tienda, que pasaría a llamarse “World’s End”. Con esta nueva libertad, Westwood comenzó a experimentar con sus diseños. Las camisetas subversivas darían paso a complejos diseños inspirados en piratas o en la corsetería victoriana.
Símbolos británicos como la bandera o el tartán se volverían iconos de su marca. Westwood estudió antiguas técnicas de sastrería, para posteriormente subvertirlas en una moda sin género. Un ejemplo de este estudio es la minicrini, lanzada en 1985, combinaba el volumen de una crinolina victoriana con la longitud de una minifalda ochentera.
Sin embargo, la mayor contribución de Vivienne Westwood a la historia de la moda, es la reinvención del corsé. Ya algunas colecciones de SEX jugaban con el mundo de la corsetería, pero no sería hasta su colección Harris Tweed, cuando lanzó su icónico top. En ella, presentaría por primera vez un corsé como prenda de vestir y no como ropa interior.

En 1989, John Fairchild, editor de Women’s Wear Daily, incluyó a Westwood en su lista de los 6 diseñadores más influyentes del siglo XX, convirtiendose en la única mujer, la única británica y la única no millonaria de su lista.
En 1992, Westwood se casa con Andreas Kronthaler, un estudiante de diseño austriaco 25 años más joven. No sería el único escándalo que protagonizaría ese año, ya que mientras se encontraba en el palacio de Buckingham para recibir el título de “dama”, decidió mover su falda, mostrando el hecho de que no llevaba ropa interior.

Su relación con las supermodelos dejaría imágenes icónicas. Desde Linda Evangelista llevando un vestido steampunk verde a Naomi Campbell tropezándose con las megaplataformas, pasando por Carla bruni llevando un tanga de pelo o Kate Moss comiendo un helado en mitad del desfile; Vivienne Westwood sorprendía en cada colección.
En las últimas décadas, Vivienne Westwood se interesó en la lucha contra el cambio climático y la protección del ecosistema. Dejó de utilizar pieles en sus prendas, y comenzó a usar sus desfiles como escaparate para lanzar su mensaje, llevando a la pasarela a activistas y personalidades, mientras realizaba colecciones-protesta en contra del fracking.
Su último gran proyecto fue la creación de la “Vivienne Foundation”, una organización sin animó de lucro que se lanzará este año. La fundación busca continuar el legado de la diseñadora, concienciando a la sociedad sobre la vida, el diseño y el activismo de Vivienne Westwood.